25 septiembre, 2010

Envuelve en septiembre una niebla gigante a San Francisco

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No ha sido Market Street con su toque de fineza y extravagancia, tampoco Haight evocando la iconoclasia norteamericana colisionada con las tendencias radicales europeas, ni Fisherman Wharf y su vista hacia la ex prisión de Alcatraz o el propio puente Golden Gate, quienes han capturado la atención de propios y extraños este septiembre en San Francisco.

Cada porción del terreno del AT&T Park ha sido el centro de las miradas de los amantes del beisbol en San Francisco y de los Giants, el equipo local que hoy está peleando un lugar en postemporada desde 2002 en que llegaron a la Serie Mundial por única vez desde que salieron de New York... y perdieron con Anaheim.

Y entre una niebla que desciende sobre el parque de pelota alrededor de la sexta entrada cuando cae la noche, la emoción de los aficionados es suficiente para mantener encendido el ambiente cuando el equipo juega de local; sin importar un buen o mal resultado, la gente en Bay Area es incondicional.

Los jugadores lo saben, Tim Lincecum (14-10), Buster Possey (.323 AVG), Pablo Sandoval (12 HR) y Brian Wilson (44 SV), los cuatro baluartes de la organización, gozan de una entrega total en cada lanzamiento, en cada turno, en cada nombramiento en los altavoces. Pero la ilusión del aficionado en San Francisco es grande a estas alturas, y estos han adoptado como nuevos íconos a quienes en algún momento fueron rivales, Aubrey Huff (líder del equipo en impulsadas con 84) se ha apoderado de la primera base, Patt Burrel del jardín izquierdo, Aaron Rowand es el preferido para el central y José Guillén y su potente brazo atiende el derecho, e incluso el parador en corto Juan uribe(83 RBI´s) tiene su propia porra… Uuuu... !ribe!.


Los aficionados de los Giants llenaron 6 días consecutivos el AT&T Park


El mes comenzó difícil, con los Padres en la cima y a más de dos juegos de distancia, pero la visión cambiaría luego de ganarles la serie 2-1 en el Petco Park y, finalmente, la semana en que fuimos testigos de cómo los Giants se apoderaron del Oeste de la Liga Nacional, comenzando el 14 de septiembre a 1.5 juegos del equipo rival de California.


Y desde esa semana en que el "beat LA!" resonó desde antes de que el AT&T Park abriera sus puertas, los Giants no han claudicado en su lucha por llegar a postemporada. El martes la esperanza estuvo puesta en que Barry Zito (9-13) rompiera su racha sin victorias que cargaba desde el 16 de julio, y justo en una rivalidad que trasciende la pelea por la postemporada. En esos días sólo son Los Angeles, sólo es San Francisco… es ganar o ganar.

Pero la alegría tardaría un día más en llegar, aquel martes 14 de septiembre la niebla oscureció el panorama y un solo hit fue suficiente para que los Dodgers ganaran el primero de la serie de tres... pero la historia cambiaría.

Matt Cain (12-10 / 3.00) se subió al montículo en una tarde de miércoles propicia para las artes del diamante, en un juego apretado en que lanzó 7 entradas, puso el plato en tono para que el relevista Sergio Romo (2.30) lanzara una octava impecable y luego Brian Wilson (1.84), otro ícono del equipo y líder de todas las mayores en salvamentos, sellara la anhelada victoria.


Ya con la confianza de la oportunidad de ganar y tomar el liderato del Oeste de la Nacional, los Giants dieron una fiesta de batazos el jueves, en la que Huff, Possey y Guillén conectaron cuadrangulares y el abridor Jonathan Sánchez estuvo inspirado al grado de lograr una marca personal de 12 ponches en un juego; San Francisco tomó las riendas de la división esa noche en que los aficionados corearon el Polly de Nirvana ejecutado por el zurdo Barry Zito en la pantalla -gran guitarrista también-.

Tim Lincecum sólo trabajó 5 entradas el sábado 18 ante Milwaukee

Y llegaría la noche naranja “orange night” del viernes, en la que los jugadores visten jerseys de ese color y el parque de pelota parece una fiesta de Halloween. La organización consiente a sus aficionados, y como regalo la playera naranja de Buster Possey con el número 28 fue vestida por las casi 41 mil 113 personas que acudieron a un desafortunado tropiezo en la nueva serie ante los Brewers, mismo que se postergaría el sábado con la derrota de Tim Lincecum y su salida más corta del año en la quinta entrada; el mexicano Yovani Gallardo obtendría su treceava victoria de una temporada próspera para él, no así para su equipo.


Pero el domingo volvería el frío a las calles, los pubs se iban llenando y en los monitores se veían los distintos partidos por todo Norteamérica, mientras que los aficionados en San Francisco sólo esperaban por el playball y darle una oportunidad de reivindicación a Barry Zito.


Lanchas en el right field por si algún splash HR se presentaba, el tren lleno de niños en el McCovey Cove, souvenirs, cerveza, juegos, una tímida lluvia en forma de pacífica brisa, a lo lejos el Bay Bridge adornando el panorama desde cualquier rincón del parque, muchos soñando con una pelota justo en la gran manopla del left field que signifique la victoria para los Giants, otros ansiosos… y salió Barry Zito, alto, imponente, tranquilo, concentrado.


Buster Possey en cuclillas ayudándolo a calentar y los niños gritando su nombre, queriendo un autógrafo, un vestigio de aquella tarde en la bahía. Finalmente… el ¡playball!


El primer suspiro sería robado por el jardinero izquierdo de Milwaukee Ryan Braun, quien regresó una pelota de cuadrangular a Cody Ross apenas en la primera entrada, en lo que será seguramente una de las mejores jugadas en vivo que este relator presencie. Mas el júbilo no duraría tanto para los Brewers, pues José Guillén conectó en esa misma entrada un Grand Slam que fue el preludio para una ganga de 9 carreras en total que anotaría San Francisco, que daría un resultado de 9-2 que los devolvería al primer sitio medio juego sobre Padres en ese entonces, mientras que Zito por fin ganaría nuevamente.

En una semana San Francisco se ha apoderado del Oeste de la Liga Nacional

La cerveza sabe diferente en el AT&T Park, pero no sólo la cerveza, el baseball mismo. La exótica ciudad con pandillas de black-boys en las calles, cajeros chinos, latinos ambientados, músicos extravagantes, vagabundos semiautistas y europeos gozosos del american dream, hace eco en la cálida y entregada afición de los Giants.


La gente en San Francisco está acostumbrada a convivir con lo extraño, es parte del día a día, y con tal premisa puede parecer raro que una franquicia tradicionalmente perdedora en el baseball moderno, pero que no obstante es la que más victorias tiene de todas las organizaciones, incluidos los Yankees, esté en la pelea por la postemporada. Puede ser extraño pero la afición lo disfruta, si algo hace gigantes a los Giants, es que la tradición del rey de los deportes se mezcla con las causas sociales y los sueños, la vida en el parque de pelota es despreocupada y el cariño por el equipo es algo cercano al término de lo incondicional.


Pero octubre se acerca, el otoño llega con el presagio de la máxima gala y el anuncio de la ausencia. Hoy sábado 25 de septiembre San Francisco amanece medio juego arriba de los Padres de San Diego en el Este de la Nacional. Acaban de ganarle la serie a Chicago en Wrigley Field y el primero a Colorado en el Coors Field. Los Padres tampoco bajan el paso. Será un cierre de ocho juegos memorable hacia la postemporada.


Lo que es seguro es que del 1 al 3 de octubre los aficionados llegarán al AT&T Park desde el Presidio, del Golden Gate, de Fillmore o Fisherman Area, de Castro o el Embarcadero, de Market o Pacific Heights, o de cualquier parte de Bay Area o del mundo para apoyar a los San Francisco Giants y hacer que el sueño de tener un equipo ganador ponga ese glamur agregado a la ciudad que por su belleza arquitectónica y contraste urbano conquista el corazón de millones de turistas.


Vastos fueron los días en San Francisco, idos son ahora. Así fue la semana en que los Giants pasaron del segundo al primer sitio y viceversa, lo mismo con la Wild Card. It´s september inside! Y desde algún bar de la Ciudad de México recitaremos un Let´s go Giants!!! En cada juego hacia el cierre de otra extraordinaria temporada de Grandes Ligas.


En el próximo número de MVP Beisblog, beisbol por escrito* analizaremos la actualidad que traza la ruta hacia el Clásico de Otoño.

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