18 marzo, 2014

Los radicales del Spring Training

Los Entrenamientos de Primavera no sólo sirven de preludio a la anhelada temporada de Grandes Ligas, también es la época en que vemos reaparecer públicamente a los peloteros tras los meses de ausencia.

Aunque la intención primordial es ponerse a tono de cara al Opening Day, a los presentes arribaron varios jugadores con imagen renovada o cambios físicos respecto a la última vez que los vimos. Aquí algunos de los looks más radicales, ¿cuáles adoptarían?


Brian Wilson, Dodgers... del 'fear the beard' al 'hakuna matata'
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Tim Lincecum... melena #off, 'bigote' #on
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Evan Longoria, Rays... pelón por una buena causa (se afeitó junto a compañeros para reunir dinero para una fundación de cáncer infantil)
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Hunter Strickland, Giants... 'hay que darse a notar' (el minor leaguer peleando por un puesto en el equipo captó la atención de los fans por su mohawk)
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Otro que a su manera ha captado reflectores es Brandon Barnes, de los Rockies, a quien se le ha visto entrenando con esta máscara que porta para adaptarse a la altura de Colorado, pues él está acostumbrado a la de Houston, donde jugó los últimos dos años... aunque primero tiene que asegurar un puesto en el equipo para llegar al Coors Field y que valga la pena tanta dedicación
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Joba Chamberlain, Tigers se tatuó el optimismo ante su cirugía Tommy John y cicatriz, imagen que pronto se viralizó
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Nick Markakis, Orioles... sí, es él
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Jonny Gomes, Red Sox... poco a poco los barbones campeones han ido cayendo, entre ellos también el Big Papi en su momento, pero uno de los cambios más radicales fue el de Gomes
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Jason Werth, Nationals... siempre ha lucido 'rebel' pero ahora su cabellera (+ barba) ha adquirido nuevas dimensiones
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A Robinson Cano, Mariners estábamos acostumbrados a verlo muy 'alineado' al estilo Yankee, pero ahora que llega a la grunge city se pone en 'mood' y experimenta con su beard...
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Quizás su barba crecida quedó atrás (al menos por ahora), pero a Josh Reddick de los Athletics parece no haberle afectado en su nivel y ya ha ofrecido varias atrapadas de postal en los jardines


Y en quizás uno de los cambios más sorprendentes y no queda sólo en look es el del as de los Yankees, CC Sabathia, quien desde antes de los entrenamientos ya lucía menos peso; aunque él dijo que más bien llegó más ejercitado. Juzguen ustedes...
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11 marzo, 2014

El beisbol en los 'tiempos' del replay: ¿tecnología + paranoia?

La modernidad se apodera lentamente del beisbol. 

Aunque el afán es reducir el margen de error humano, cada ajuste tecnológico aplicado al Rey de los Deportes despierta una incertidumbre latente: ¿hasta qué grado se alterará el juego de su forma original?
Para la presente campaña se modificó el reglamento de las Grandes Ligas y ahora los mánagers podrán pedir que se revisen jugadas polémicas como outs en bases, golpes e incluso interferencias de los fans, adicionalmente a los home runs que ya se analizaban desde 2008.

Prácticamente en cada parque de pelota será instalado un mini centro de comando desde el cual se podrán seguir las repeticiones -bajo petición de los timoneles- para luego dar un veredicto sobre si se modifica o no la decisión de un umpire. Además, las jugadas podrán pasarse simultáneamente en las pantallas de los parques.

Pese a que la intención es evitar que un error pueda incidir en un resultado, se trata de un cambio que modificará aún más el beisbol tradicional como lo conocíamos, además de que llevará a replantear estrategias y, de hecho, podría a final de cuentas no estar solucionando nada realmente. 

Pero antes de adentrarnos a la 'paranoia' que conllevan estas modificaciones, veamos en qué consisten:
Ahora los timoneles tendrán -en las primeras seis entradas- una oportunidad para pedir que se revise una acción polémica. Pueden ser desde bolas en territorio de fair/foul; dobles por regla; bolas atrapadas en jardines; toques de bases; robos y pickoffs, hasta las mencionadas líneas arriba.

Si el resultado es favorable para ellos conservarán su crédito para apelar en ese lapso, de lo contrario habrán agotado su recurso y sólo podrá revisarse de nuevo una jugada si lo solicita el mánager contrario (de poder hacerlo), o bien si el jefe de umpires lo pide (volveremos a este punto más abajo).

A partir de la séptima entrada los timoneles contarán con dos oportunidades para apelar, aunque éstas no serán acumulables con las de la primera tanda.

Las jugadas serán revisadas por un equipo especial de umpires en un centro de operaciones en Nueva York, desde donde se informará vía telefónica a los oficiales en campo sobre la decisión de confirmar o anular la determinación del oficial.

Los mánagers no podrán discutir las jugadas con los umpires mientras éstas son revisadas, y podrán hacerlo después de ello -con el riesgo de ser expulsados del juego, pues la decisión es inapelable-.
El pasado 3 de marzo fue la primera ocasión en que se utilizó el nuevo sistema de replay, en el duelo Spring Training Twins vs Blue Jays

La nueva medida fue aprobada de forma unánime por todas las organizaciones ligamayoristas, lo cual genera una sensación general de aceptación… pero yendo a los extremos podemos encontrar las letras pequeñas, que si bien no están escritas en la regla, podrían quedar implícitas eventualmente:

En primer lugar, se trata de una fase inicial de cambios cuyo rendimiento será revisado al concluir la campaña y podría atraer nuevas reglas de interacción para analizar jugadas o integrar más situaciones del juego (no es osado visualizar que hasta en un futuro se incluyan strikes o check swings).

Otro aspecto tiene que ver con una de las ideas más catastróficas que se han barajado en las Grandes Ligas: el introducir el factor tiempo al beisbol, algo que lo haría perder su esencia significativamente y que no queremos siquiera invocar.

De inicio, la revisión de jugadas genera la impresión de que los juegos durarán más por los retrasos que implicarán, pero lo cierto es que eso podría llevar a que se introduzca un nuevo 'problema': ¿los juegos se están demorando demasiado por este proceso? El año pasado un estudio del Wall Street Journal reveló que, si se cronometra un juego de pelota, en promedio sólo 17, casi 18 minutos resultan en verdadera acción y el resto los consumen eventos como pausas entre entradas, visitas al montículo o... incluso reclamos a los umpires por jugadas. 

Originalmente, el sistema está pensado para que una situación polémica se revise en no más de 75 segundos (menos de lo que dura una 'argumentación o discusión tradicional' con los oficiales), pero esto es sólo teoría: pues si después de un pelotazo es difícil que un pelotero no estalle en cólera, lo mismo ocurre con los mánagers; no sabemos qué tanto influirán las revisiones en la dinámica de los juegos, las reacciones que generarán no sólo en ellos, en los jugadores y el público mismo (no es lo mismo el apacible Spring Training a la temporada y menos a los playoffs).

Aunque para algunos de nosotros el tiempo que transcurra en estas acciones es lo de menos, hay gente en la MLB que ya está pensando –seriamente- en dosificar el juego, evitar que se alcancen las tres horas en un ballgame, y aquí podría estar el pretexto para hacerlo.

Igual o más grave es que, a final de cuentas, existe la posibilidad de que en realidad no se esté solucionando nada, ¿por qué? Por la sencilla razón de que limitar a los mánagers a un crédito antes de la sexta los deja en posición de agotarlo en su primera inconformidad: suena hasta ilógico que alguien quiera guardarse su reclamo ‘por si se llega a dar otra jugada más polémica después’, es casi impensable una filosofía de ese tipo.

Si los mánagers agotaron sus oportunidades pasando la séptima entrada, corresponde ya sólo a los umpires decidir si desean o no revisar alguna jugada polémica; lo irónico es que cuando éstas sucedan podrían quedar ‘impunes’ si los oficiales no consideran que se equivocaron y no ven necesaria la replay… siendo que los videos podrían estar demostrando lo contrario, ¿entonces?

Pregunta: en el afán de querer reducir el error humano y perfeccionar el juego, ¿podría el beisbol perder identidad? Sólo falta que en unos años cuando haya peleas le digan a los peloteros que tienen un minuto para darse de puñetazos (no de batazos eh, ¡Matanzas!), o se lleguen a aplicar paliativos como dar los walks en automático sin hacer los cuatro lanzamientos, cronometrar los lanzamientos, limitar las charlas en el montículo, etc...

¿Será sólo paranoia?, lo cierto es que las entradas (que no el tiempo) dirán hasta qué punto se modifica el juego a partir de esto, algo que también me recuerda a la nueva Regla 7.13 sobre colisiones en el plato, de la cual mejor luego hablamos.

De la teoría a la práctica

Desde estos juegos Spring Training las replays, en cuya elaboración participaron personajes como Tony La Russa y Joe Torre, ya se están aplicando, aunque serán oficiales a partir del Opening Day del 30 de marzo (el Día Inaugural 10 días antes en Australia se salvará).

La relevancia de esta medida en el beisbol es tal que las organizaciones ya están en casting para contratar a su propio 'especialista del video' para revisar jugadas –y desde luego aconsejar a los mánagers sobre si deben o no emplear sus créditos para reclamar-.

Ya en la práctica, ¿cómo funciona la replay? Veamos algunas otras situaciones que se ha presentado: