02 marzo, 2012

La nueva inmersión de los Marlines

Fue un último juego perdido, pero emocionante; una ceremonia larga, mas amena... la clausura del Sun Life Stadium como hogar de los Marlines significó el fin de una era de un equipo que quizás no convocó a las masas, pero que tenía una base de seguidores que mostró fidelidad hasta la última entrada.


Quienes estuvimos presentes ese miércoles 28 de septiembre en el otrora Land Shark Stadium pudimos observar fanáticos nostálgicos, otros festivos, y unos más descaradamente en contra de la transición, ya inevitable.


Un globo gigante en forma de marlín hacia la entrada principal, la clásica 40th Street Band local con sus covers heavy, calendarios magnéticos obsequiados de la temporada 2012, descuentos en taquilla y la tienda oficial en remate dieron la bienvenida al "aquelarre" final del equipo de la Florida, que al igual que su rival, los Nacionales de Washington, ya no tenía ninguna oportunidad de pasar a postemporada.


Stephen Strasburg, prospecto franquicia de los de D.C. volvió ese día al montículo tras meses de inactividad por cirugía Tommy John para enfrentar al local Chris Volstad, y desde que calentaba en el dug-out recibía flashazos de aficionados de ambas novenas, aunque una buena parte de los que se acercaban a verlo lanzar trataba de intimidarlo en cada ir y venir de la bola.


El eco del playball resonó y bajo un intenso sol que por fin aparecía tras dos días previos de lluvia que había retrasado los dos primeros de la serie (nada raro en Miami Gardens), las entradas transcurrían entre ponches al estilo "Strasburgian", más calor, gritos dispares y la exhibición en las gradas de pancartas que daban la despedida al equipo.



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Varios aficionados llevaron pancartas en las que 'sepultaban' a los de la Florida, los más extravagantes incluso eran solicitados por otros seguidores para una foto del recuerdo



Llegó la sexta entrada, las cervezas fueron puestas en los respaldos y los espectadores en el recinto, lleno a casi a la mitad de su capacidad, se pusieron de pie para un emotivo acto en el que se reunieron todos los jugadores en el jardín izquierdo para desprender el anuncio del conteo para el día final, que revelaría la fecha 11.11.11, en que sería revelada la nueva identidad del equipo.


Luego, desde el techo del lugar, Jeff Conine, el veterano Utility más querido por la organización, tomaba los banderines de los dos campeonatos del equipo y los cargaba para llevarlos en helicóptero e izarlos en el nuevo Marlins Ballpark. La acción era proyectada en las dos grandes pantallas del recinto y las cámaras de los fanáticos no dejaban de filmar y congelar imágenes; se sentía que algo histórico a nivel local estaba pasando.


Siguieron las entradas y el prospecto de los Nacionales no decepcionó, lanzó 6 completas, ponchó a 10 y se llevó su única victoria del año, su compañero Drew Storen cerraría el episodio en la novena y así los Marlines se despidieron con una derrota 3-1 del estadio que los albergó desde el 5 de abril de 1993, y dejaron atrás una identidad cuya mayor hazaña fue el conseguir dos títulos de Serie Mundial, en 1997 y 2003 contra los Indios y Yankees.


Con el último out, la humedad de varios rostros en las tribunas ya no se debía al sol, sino a las lágrimas. El staff comenzó a montar sillas entre home y el montículo, y sorpresivamente viejas estrellas del equipo comenzaron a ser voceadas y a aparecer; entonces buena parte de la nostalgia se convirtió en júbilo a la par que se exhibía el conteo de las 10 jugadas más espectaculares de la campaña y los 10 mejores momentos en la historia de la organización.


Quienes no pudieron asistir en persona, como Miguel Cabrera, Mike Lowell, Dontrelle Willis y Josh Becket, mandaron mensajes a los fanáticos en las pantallas, aunque otros peloteros que marcaron época como Iván Rodríguez, Mike Piazza, Gary Shefield y Benito Santiago recibieron ovación en directo y vistieron el jersey con el que destacaron años atrás para al final tomarse una última fotografía en conjunto y así sellar el capítulo; temporadas de carencias parecieron ser compensadas momentáneamente por una festiva ceremonia de clausura.



102_0975Peloteros ex Marlines que no pudieron acudir a la clausura dejaron palabras de aliento para los seguidores y desearon éxito a la organización; el zurdo Dontrelle Willis fue de los más aplaudidos


No era un secreto, el Sun Life Stadium no sólo quedaba lejos de la zona turística de Miami, la transportación era difícil, los asientos estaban vacíos en gran parte del lugar cotidianamente, el césped estaba dañado, los precios eran altos considerando las pocas comodidades, los retrasos por lluvia eran frecuentes e incluso ni en la propia tienda oficial del equipo se podía conseguir la gorra oficial ya en la última campaña, y ni qué decir del rendimiento del equipo...


Pero el beisbol siempre da oportunidad de reivindicarse, y los hoy recién bautizados Miami Marlins estrenarán su nuevo parque de pelota el próximo 1 y 2 de abril en par de juegos de exhibición contra los Yankees, y al menos tienen el primer lleno garantizado, pues las entradas del lugar con capacidad para 37 mil personas se agotaron a 4 horas de salir a la venta.


Dejando atrás una nueva imagen polémica por su colorida estética, Miami puede presumir tener un equipo competitivo por primera vez en muchos años, con la llegada de Ozzy Guillén al mando y las adquisiciones de Mark Buehrle, José Reyes, Heath Bell y Carlos Zambrano, así como el regreso de jugadores lesionados como Josh Johnson y Hanley Ramírez.


Miami es uno de los equipos que más dinero invirtió en el pasado Hot Stove, pero ha pasado el tiempo de las pasarelas de uniformes, presentaciones y anuncios, se acerca la hora de la definición y su primera prueba de cara a la temporada 2012 la tendrá en los juegos de Spring Training, que comienzan este viernes con el duelo Atléticos vs Marineros de la Liga Cactus en Phoenix.



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Los Marlines no sólo estrenarán parque de pelota techado y más céntrico, también contarán en su lineup a peloteros estelares como el shortstop dominicano José Reyes



Nuevo estadio, nuevo nombre, nueva imagen, nuevas adquisiciones... todo está puesto para que estos Marlines den un gran salto en el océano beisbolero. Una era terminó junto con el ocaso de aquella tarde del 28 de septiembre en el Sun Life Stadium, y una nueva comenzará el próximo 4 de abril cuando reciban a los Cardenales en el primer juego de la temporada.


Veremos qué puede forjar esta organización de tan sólo 19 años; la única duda que queda es qué pasará con aquellos aficionados que mostraban indignación por el cambio de nombre e imagen, ¿se unirán al equipo o buscarán refugio en la otra novena de la Florida? Las butacas lo dirán.


Por lo pronto, es marzo y por fin podremos disfrutar un poco de beisbol ligamayorista. La sequía termina, estamos en Spring Training... ¡el Opening Day se acerca!

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