Esta temporada nos ha dado varias sorpresas en cuanto a cambios
entre organizaciones, y aunque los peloteros involucrados han tenido un buen
recibimiento por las aficiones de sus nuevos hogares, qué tanto han
correspondido estadísticamente con el madero es punto y aparte.
Quizás el cambio más fuerte de todos es el de Ichiro Suzuki, que dejó a
los Marineros tras 11 temporadas y media, pero al llegar a los Yankees, el
veterano de 38 años ha visto resurgir su carrera, al pasar de un .261 de
promedio y 28 impulsadas en 95 juegos con Seattle, a .281, 14 RBI’s y tres
cuadrangulares en apenas 38 duelos. El cambio ha sido talque defensivamente
ya ofreció varias reliquias. Tal vez por segunda temporada consecutiva no pase
de los 200 hits (llegó a sumar 10), pero su contribución ha marcado una
diferencia en el Bronx.
La segunda transacción con más peso es la del inicialista de origen
mexicano Adrián González, quien dejó Boston promediando .300 y liderando en
impulsadas (86), a pesar de estar claramente incómodo en el equipo. El “titán”
ahora es un “blue” en Los Ángeles y, aunque la afición se le ha entregado
inmediatamente, sus números aún no reflejan un antes y después, ya que desde
que conectó homer en su primer juego no
lo ha vuelto a hacer en 9 partidos, siendo que los vuelacercas son un
distintivo del primera base. No obstante, al menos ha pegado en promedio un hit
por juego, y habrá que darle tiempo para que se adapte y ver qué logra en una
posible postemporada.
Otro caso a destacar es el del antesalista Kevin Youkilis, para quien
el cambio de medias rojas por blancas ha servido para acercarse al nivel al que
nos tenía acostumbrados. “El Dios Griego de los Walks” tiene poder para sacar
la pelota, aunque su fuerte siempre ha sido embasarse e impulsar, las
inseguridades médicas lo mermaron en Boston y con ellos sólo concretó 4
cuadrangulares, cifra que ya triplicó con Chicago y ha contribuido con carreras
en momentos clave.
Desde este instante, su primer contacto (un hit) como Yankee, Ichiro no ha dejado de producir y destacar con el guante
El dominicano Hanley Ramírez está gozando del poder de su nueva “sangre
azul” y a los pocos días de llegar a Los Ángeles conectó un doblete con el que
dieron la vuelta a los Gigantes. A partir de ahí ha elevado su porcentaje de
bateo, de .246 a .283 y con apenas 37 juegos en LA está a 13 carreras de pasar
el número de impulsadas que logró con Miami (logró 48 en 93 juegos y ya está en
35). Con la nueva bandada es factible pensar que un Hanley motivado puede
lograr mucho más de lo que mostró con los Marlines. Quien no ha despuntado
nuevamente es su compañero Shane Victorino, pues el ex Fili ha bajado su
promedio de bateo y sólo ha empujado 9 carreras a la causa.
Pero la antítesis “dodgeriana”, los Gigantes, también se reforzaron y
Hunter Pence y Marco Scutaro quieren hacer olvidar a la bahía el desencanto que
dejó Melky Cabrera. Para el primero la adaptación ha sido fácil, pues la
entregada afición inmediatamente lo tomó como estandarte, aunque en la caja de
bateo la realidad es otra. Pence ha luchado para conectar largo y sumar carreras;
22 a su cuenta y .233 de promedio no son su mejor carta de presentación. Aunque
su teammate venezolano es punto y aparte…
La historia de Scutaro con San Francisco va encaminada al “ensueño”, y
con números está llenando un vacío que dejó en la posición del camarero Freddy
Sánchez (fuera todo el año por lesión), y que hasta el momento ningún reemplazo había podido llenar. Promedia .314
y ha conectado desde Grand Slams hasta walk-off hits, lo que no hacía desde
hace tiempo. Con tan sólo 35 juegos con los Gigantes, está por superar sus
raquíticas 30 impulsadas en 95 juegos con Colorado, y lo mejor, ha logrado
química con sus compañeros.
De quien siempre estaremos esperando más es del panameño Carlos Lee,
cedido a los Marlines el mes pasado proveniente de los Astros y que hoy, con 36
años, batalla para mantenerse como una amenaza. A estas alturas podemos dar por
perdido el poder de Lee, pues desde 2010 no ha podido pasar nuevamente de los
20 cuadrangulares por temporada, y tal vez ahora en lo que deba enfocarse es en
embasarse, aunque con un equipo que incluso su mánager Ozzie Guillén ya dio por
eliminado, no podemos aspirar a que su .263 / .353 / .347 mejore.
Los pitchers recién cambiados son otra historia, pues al no ver acción
a diario es muy pronto aún para evaluarlos, pero los que tienen posibilidad de
postemporada, como Josh Beckett, Brandon League, Zack Greinke, Francisco
Liriano y Ryan Dempster, tendrán octubre para mostrar si realmente tienen
puesto su nuevo jersey.
Estamos en septiembre, mes mágico, mes de emociones, decepciones y sin
margen de error. ¿Qué nos depara?
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